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Fuera de lo común
Esta notable escultura de Mario Irarrázabal se encuentra en el desierto de Atacama, junto a la carretera Panamericana, a 75 kilómetros al sur de la ciudad de Antofagasta. Fue inaugurada el 28 de marzo de 1992 y consiste en una escultura de hormigón armado de once metros, que representa una mano izquierda. Fue financiada por la Corporación Pro Antofagasta, que también se encarga del mantenimiento de la obra, ya que dada su ubicación, a 1.100 metros sobre el nivel del mar, está expuesta a altas temperaturas durante el día y al frío contrastante de la noche, además de ser rayada por algunos de sus visitantes. Es considerado un icono turístico de la región de Antofagasta.
Su autor ha realizado variaciones de esta obra en diferentes partes del mundo, como la Playa Brava en Punta del Este (Uruguay), el Parque Juan Carlos I en Madrid (España) y la ciudad fluvial italiana de Venecia. Para Mario Irarrázabal, esta escultura encarna una fuerza primitiva y mágica, que busca moverse desde la reflexión sobre la vida y la muerte. Nacido en Santiago en 1940, se formó en filosofía y teología en varias universidades y seminarios en Roma, París y California. Enseñó en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Durante la dictadura militar fue hecho prisionero en Londres 38, un centro clandestino de detención de torturas. Después de ser liberado se dedicó a una carrera artística donde las grandes preocupaciones humanistas siempre han estado presentes. Ganador de una docena de premios y galardones mundiales, La Mano del Desierto es quizás una de sus obras más conocidas.