El vino es saludable

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Probablemente ya ha oído hablar de la paradoja francesa: beber un vaso de vino a diario es beneficioso para nuestra salud. Veamos las pruebas.

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El gran científico del siglo XIX Louis Pasteur dijo que el vino es la bebida más saludable e higiénica del mundo, obtenida de la fermentación del zumo de uva o jugo de uva. El proceso de fermentación se produce por la acción metabólica de las levaduras, que transforman los azúcares y ácidos de los frutos de la Vitis vinifera en alcohol. Milagroso, ¿verdad?

Además del agua, los azúcares, los ácidos y el alcohol, el vino también contiene otros compuestos de la uva, como taninos, antocianinas y el misterioso resveratrol. Este último está presente en la piel de la uva y es un mecanismo desarrollado por la planta para proteger los frutos de las bacterias, los hongos y los rayos UV. Los resultados de varios estudios científicos muestran que este compuesto es beneficioso para nuestra salud y bienestar.



Primero, debemos enfatizar que, según muchas investigaciones, el vino tinto es el que tiene las propiedades más saludables, especialmente para nuestro sistema cardiovascular. Protege nuestro corazón y reduce el riesgo de ataques cardíacos. El mencionado resveratrol eleva el nivel de los ácidos grasos Omega 3 buenos. Esto es clave para proteger nuestras arterias. Al ser un alimento fermentado, el vino mejora la micro flora bacteriana de nuestros intestinos. Esto es muy importante. No olvidemos que el padre de la medicina Hipócrates dijo que todas las enfermedades tienen su origen en el estómago.

Hoy en día los médicos confirman que el estado de nuestro sistema digestivo influye directamente en la defensa de nuestra salud corporal y mental. También el consumo de vino tinto está relacionado con la protección del cerebro. Puede prevenir la demencia y la depresión. Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad John Hopkins concluyó que una persona que consume regularmente cantidades moderadas de vino tinto puede prevenir o disminuir los episodios cerebrales. Otros estudios incluso relacionan el consumo moderado de vino con la mejora de la visión (gracias a las antocianinas), las encías y la piel.
 


Por ejemplo, la enoterapia, tan de moda en algunos hoteles de lujo y spas, promete proteger nuestra piel y prevenir el envejecimiento prematuro a través de baños y masajes con productos a base de vino. Todos estos estudios hablan de los efectos beneficiosos del vino para nuestra salud, pero también hacen hincapié en su consumo moderado. ¿Y qué es moderado para usted? ¿Quizás no sea lo mismo que para mí? Los científicos también responden a esta pregunta: en el caso de las mujeres, una bebida al día, y los hombres, dos bebidas. Nadie dijo que la vida fuera justa.

Todo en el universo tiene un lado A y B (Yin Yang, como lo define la filosofía oriental). ¡Un lado claro y un lado oscuro! No tenemos que perder de vista el hecho de que el vino es un alcohol (al menos, alrededor del 15% de su contenido). Si cruzamos el límite recomendado puede causar serias complicaciones a nuestra salud. El vino puede generar adicción o alcoholismo, desatando consecuencias nocivas, como depresión, arritmias, hipertensión, hígado graso, cirrosis e incluso varios tipos de cáncer. Pero no nos confundan: ¿es o no beneficioso para nuestra salud?

La respuesta es muy simple: Sí, por supuesto, siempre y cuando se consuma en cantidades moderadas. Se trata de estudiar y vivir la paradoja francesa o la dieta mediterránea, donde el vino es esencial para vivir saludablemente y por más tiempo. En algunas localidades, como Cerdeña, hay muchos casos documentados de personas de más de 100 años de edad. Los habitantes de estas regiones no sólo parecen más activos físicamente, sino más felices. La palabra clave es la moderación, una virtud fundamental para los filósofos griegos, una forma de vida en la que el ritual del brindis adquiere el más absoluto de los sentidos: ¡Salud!